Recorrido: Caranga de Baxu (El Valle) - Puente de Llaneces - Banduxu - Picu L.luguéi
Longitud: 7,6 km (ida sólo)
Desnivel acumulado: 665 m
Banduxu (Bandujo en castellano) no es un pueblo más. Por un lado está su inaccesibilidad, impropia para estar situado en la parte central de la geografía asturiana, en concreto en el concejo de Proaza. Y por otro su inconfundible silueta, dominada por la torre circular de los Tuñón y el torreón rectangular del Palacio y salpicada de hórreos y paneras en desigual estado de conservación. Su patrimonio es tal que los expertos lo consideran el ejemplo mejor conservado de aldea medieval asturiana. No en vano, es uno de los cuatro pueblos que gozan de la máxima categoría de protección oficial del Principado, la de Bien de Interés Cultural. Los otros tres son Llastres (Colunga), Os Teixóis (Taramundi) y Argul (Pesoz).
En el pasado puente de diciembre nos propusimos llegar hasta la aldea medieval por la ruta más tradicional, la del ancestral Camín Real de Banduxu, que va hasta el pueblo por el sur. Esta fue su principal vía de comunicación con el exterior hasta los años noventa del siglo XX, cuando finalizó la construcción de la precaria carretera que desde Proacina llega por el norte, a través de la pequeña Sierra de Banduxu. Todavía hoy la parada de autobús de Bandujo se encuentra donde el Camín Real desemboca en la nacional AS-228, que cruza la vecina parroquia de Caranga.
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Borrachinos de madroño en el Camín Real de Banduxu |
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Castañas en el Camín Real de Banduxu |
Como la de tantos lugares, la historia de Banduxu está especialmente marcada por su situación geográfica. El pueblo se encuentra en el centro de un pequeño valle rodeado completamente por montañas, que forman casi un pequeño circo en cuyas laderas se encuentran dispersos los diferentes barrios que configuran la aldea. Esta relativa dificultad de acceso propició tanto su esplendor medieval como su posterior declive a partir del siglo XVIII.
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Hórreo abandonado en Banduxu |
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Entrada a una casa del barrio de La Molina |
Durante la Edad Media, Banduxu disfrutó de una condición privilegiada por la protección que le otorgaban las montañas, combinada con una localización ventajosa cerca de los polos de poder de la región. Dentro del sistema feudal, tenía la categoría de behetría: a diferencia de la mayoría de las poblaciones, podía elegir como señor aquél que más le conviniese en cada momento. Además, fue el origen de una de las familias más importantes de la Asturies de la época, los Álvarez de Banduxu, de quienes descendieron los Miranda y los Tuñón. Con el tiempo y los avatares de la historia, pasó a formar parte del concejo de Proaza y fue incluso su primera capital a partir del siglo XVI. Eran los tiempos del refrán que aún se recuerda en el pueblo:
«En Banduxu canta l'uxu,
en Traspieña, la rapiega
y baxando pa Caranga, la miseria puñetera».
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Barrio de la Torre y el Palacio desde el de Entelaiglesia |
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Escudo de la Torre de Banduxu |
Sin embargo, los tiempos cambiaron y la protección orográfica pasó a ser más un inconveniente que una ventaja. Las montañas dificultaban las comunicaciones y esto favoreció a los pueblos de la vega de Proaza. A pesar de que la ganadería mantuvo a Banduxu en el mapa, comenzó una pérdida de habitantes que llega hasta nuestros días. La ya escasa población, unida a las dificultades geográficas, hicieron que no llegasen el agua corriente ni la electricidad hasta los años ochenta del siglo XX.
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Ovejas pastando en la Sierra de Banduxu |
Hoy en día, en Banduxu quedan menos de 40 habitantes (en el año 2000 eran 51). Aun así, el boca a boca va surtiendo efecto y los lugareños están acostumbrados al goteo de visitantes. La aldea mira de reojo al turismo rural como la salida para evitar su abandono, pero la realidad es que en el pueblo ya no queda ni un solo bar. El despegue de la actividad económica requeriría una mejora en las infraestructuras que parece difícil que pueda llegar con los tiempos que corren.
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Casa abandonada |
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El Palacio y la Torre desde un hórreo de La Molina |
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Aparcamiento junto al cruce de la AS-228 con la AS-229 |
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Árbol caído en el Camín Real de Banduxu |
Después de dejar el coche, nos faltaban unos 2 km a pie hasta el inicio del Camín Real. En todo este tramo la Senda del Oso va paralela a la AS-228, pero las dos están separadas por el Ríu Teberga. Como el primer puente que se encuentra es directamente el de Llaneces, toda esta parte tuvimos que hacerla por el arcén. Al final, al llegar a este punto hay que cruzar el puente y retroceder unos 50 metros por la Senda del Oso hasta encontrarse con el cartel que indica el inicio del Camín Real.
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El Río Teverga desde el puente de Llaneces
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Inicio del Camín Real a Banduxu |
Allí comienzan unos 3 km de subida moderada. El irregular empedrado que recorrieron las distintas generaciones de habitantes de Banduxu desde al menos la época medieval estaba completamente cubierto por las hojas secas de los carbayos y castañares que envuelven el camino. Prácticamente su totalidad está siempre en sombra, lo que unido al tiempo otoñal hacía que estuviese muy húmedo y tuviera algo de peligro para el descenso. Sobre todo para los que iban en mountain bike. Un grupo que bajaba a la vez que nosotros se empeñaba en continuar en bici y se caía cada dos por tres. El mundo está lleno de valientes.
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Subiendo por el Camín Real de Banduxu |
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Suelo del Camín Real |
El Camín Real discurre por un pequeño desfiladero paralelo siempre al Regatu Valmoro, que nace cerca del lavaderu de la aldea y desemboca en el Teberga a la altura del puente de Llaneces. Aunque ya no le queda demasiada agua, aún le da para acompañar el camino con el murmullo de sus rápidos y para formar una cascada de unos 8 metros hacia la mitad de la ruta. En total se atraviesan siete puentes durante el Camín Real.
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Desfiladero que atraviesa el Camín Real |
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Uno de los puentes del Camín Real |
Antes de que se comiencen a ver las primeras casas entre los árboles, el Camín Real pasa a cruzar un pequeño collado que da acceso al valle de Banduxu. Sin salir del sendero, este se transforma primero en un camino de tierra y luego en una pista de hormigón cuando se cruza La Molina, el barrio más bajo de la aldea. Comienza la sucesión de hórreos y paneras, que son una constante en todo el pueblo y que datan en su mayoría de los siglos XVI-XVIII. Durante esta parte se tienen ya las vistas características del barrio del Palacio y de la Torre.
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Casas del barrio de La Molina
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Vista típica de Banduxu |
El siguiente barrio en el camino es La Reguera, donde se atraviesa el último puente a la altura del viejo lavaderu. Encima de nuestras cabezas se encuentra ahora el barrio de La Toral, situado en una colina enfrente del promontorio donde está el núcleo principal del pueblo. Todo estaba bastante dormido y se veían más animales que personas: vacas pastando, gallinas correteando, perros campando a sus anchas, gatos durmiendo en la sombra de las paneras... El lugar transmitía la calma de quien ya hizo todo lo que correspondía y al que sólo le queda dejar pasar el tiempo.
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El antiguo lavaderu de Banduxu, utilizado hasta los ochenta |
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Vaca roxa frente a la Torre de Banduxu |
En la parte más baja del promontorio está el barrio de la Torre y el Palacio. Justo debajo del tejado de la Torre de los Tuñón aún se puede observar el escudo heráldico con las armas de los Tuñón, los Álvarez de Banduxu y los Miranda, separadas por una torre con dos lanzas inclinadas. Lo más curioso es que a día de hoy es una residencia particular, que mantiene la distribución interior en cuatro pisos. Lo que sí ha cambiado es la puerta de acceso. La original se encontraba a unos 2,5 metros del suelo y hoy se ha transformado en la única ventana real de la vivienda. Por su parte, el Palacio es la residencia más señorial del pueblo. Aunque su origen está datado en torno al siglo XVI, a diferencia de la torre ha sufrido muchas modificaciones.
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La antigua puerta de la Torre de Banduxu |
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Los guardianes del Palacio |
A la hora de comer se apreció más movimiento en Banduxu. Algunas familias llegaban para comer con sus abuelos al pueblo. Y algunos de los pocos habitantes de mediana edad que quedan regresaban en sus todoterrenos. Como muestra de la dificultad de las comunicaciones, todos ellos tienen como vehículo o bien un todoterreno o una furgoneta. Además de ellos, no vimos muchos más elementos del siglo XXI a excepción de los carteles electorales, que anunciaban que un vecino del pueblo, curiosamente de apellido Tuñón, se presentaba por Foro Asturias.
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Lugareños |
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Gallina que me quita la cara cuando le saco la foto |
Subiendo hacia arriba por la pista se llega al barrio de Entelailesia. En él hay una pequeña plaza abierta a un barranco en la que se encuentran tanto la Iglesia de Santa María como un pequeño cementerio. Lamentablemente nos quedamos con las ganas de entrar a ambos. El medallón de la Virgen de la iglesia, según cuenta la leyenda, fue traído por Santo Toribio junto con las reliquias del Arca Santa que hoy están en la Catedral y contenía leche de la propia Virgen María. En cuanto al cementerio, apenas tiene cien metros cuadrados y las tumbas no tienen lápida, sino que están cubiertas solamente por tierra siguiendo una curiosa costumbre local.
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Santa María de Banduxu |
El último barrio de Banduxu es el de El Campal. Continuando por el camino de hormigón se cruza la ladera del Picu L.luguéi, el más alto de la Sierra de Banduxu con 1019 metros. Su nombre viene del dios celta de la luz y la tradición cuenta que era utilizado en el pueblo como referencia para la posición del sol a la hora de calcular la hora del día. Esta es zona de pastos y vimos un rebaño de ovejas cerca de la parte más alta. Aun así, la mayoría de las casas de pastoreo de la zona están deshabitadas o directamente abandonadas. Una solitaria mesa de picnic al lado del camino invita a descansar de la subida, que es realmente dura en esta zona. Para seguir a la cima del L.luguéi, hay que tomar un sendero de grava un poco antes del punto en que la pista comienza a descender hacia el exterior del valle de Banduxu. Este camino va a dar a la portilla de una finca en la que hay una pequeña casa deshabitada. Para poder llegar a la cumbre hay que saltar la alambrada, cruzar la finca y continuar por un pequeño bosque. Aunque nosotros preferimos bajar para disfrutar un poco más del pueblo, se puede alcanzar.
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Banduxu desde la pista que sube al Picu L.luguéi |