El Centro Niemeyer está enclavado en una isla de la Ría de Avilés situada a la altura del casco histórico. Esta isla se ha venido a denominar a raíz del proyecto de Niemeyer como Isla de la Innovación. El motivo de esta denominación para mí es desconocido, quizá sea una muestra del lenguaje vacío pero aparente que suelen utilizar los políticos. De cualquier modo su posición hace que ocupe un lugar intermedio entre el centro de la ciudad y la industria pesada y el puerto que se encuentran al otro lado.
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Ría de Avilés desde la pasarela de acero cortén |
Para acceder a la isla existen dos pasos sobre la ría. Por un lado, una pasarela de acero cortén y madera que se eleva sobre el suelo de la ciudad y sobre el agua. Por otro, el emblemático Puente de San Sebastián, que data de principios del siglo XX y tras años de abandono fue reconstruido y coloreado por el artista local Ramón Rodríguez. Un trozo del puente original se encuentra expuesto también junto a la ría.
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Puente de San Sebastián |
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Pasarela de acero cortén hacia el Niemeyer |
Las líneas suaves y curvas del Centro Niemeyer ganan con el juego de luces y sombras del atardecer. La geometría iluminada se yergue entonces como lo que, al menos, pretende ser, la nueva referencia de la antigua ciudad industrial, en el centro de una ría que un día simbolizó el esplendor económico de toda la comarca.
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Trozo del antiguo Puente de San Sebastián |
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Vista distorsionada de la Torre |
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El auditorio desde la Torre |
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Y la cúpula desde la Torre |